Meses de disfunción ejecutiva.

Hace mucho tiempo que no te escribo nada, en especial nada que sea mas sobre mi como persona que como otra cosa, desde la ultima vez que hablamos han pasado muchas cosas, comenzando quizás por la mas importante que es que aún no voy a sacar mi cita con el psiquiatra, pasando porque renuncie a mi empleo y comencé uno nuevo, y por otro lado, mi vida personal ha tomado nuevos rumbos, sin embargo, ese tema no lo quiero conversar contigo por este medio.

Respecto a la cita con el psiquiatra, ocurrió de una forma muy graciosa, tuve mi cita el último domingo de enero, una noche normal, asistí a mi sesión y todo fue normal, se me recetaron mis pastillas de metilfenidato como normalmente hacen, antes, solía asistir al consultorio del psiquiatra en sábado, pero esta vez al ser domingo me atendió un doctor, este doctor era muy tranquilo, de cabello rizado medio largo y cuando me entrego mi receta me di cuenta de que su firma tenía la clave de Sol, quizás inclinado musicalmente.

Después de salir de mi cita, para la que espere una hora en la sala de espera vacia, salí directamente y fue corriendo con mi hermana, que me esperaba afuera, puesto que planeábamos ir a comer ramen esa misma noche, sin embargo, no me di cuenta hasta horas más tarde que no saque mi cita de control, que me habían pedido para seis meses después de mi cita.

En primer lugar no sabía que hacer, nunca me había pasado algo así, y cuando le pregunté a mi madre, que trabaja en ese hospital, me dijo que tenía que ir a sacar la cita en domingo en el mismo horario que me atendieron, sin embargo, me parecía demasiado inconveniente como para que mi cabeza lo aceptara como la verdad. Al final, resultó que era la verdad, si tenía que ir hasta la clínica en la noche y en domingo a sacar la cita; le pregunté a la asistente médica una vez que fui a cita con mi médico general, me dijo que le dijera a la chica del control que “Cuando salí de mi cita no había nadie”.

Me prometí sacar la cita tan pronto como pudiera, pero los días se hacen largos y las semanas se extienden, y uno continuamente descubre que hay cosas que uno valora mucho y simplemente cosas como “sacar citas con el psiquiatra” toman el segundo plano. Por otro lado, las cajas de metilfenidato no son para siempre, y estoy registrado para recibir el medicamento hasta los seis meses después de mi cita, ósea hasta el verano.

Una solución que se ha dado, fue que mi madre preguntara a una de sus compañeras si puede hacer el paro, pero honestamente, no he tenido ninguna noticia respecto a eso y me da un poco de ñáñaras preguntar, no me gusta prestarme a situaciones que quizás podrían causar que alguien se ponga a la defensiva, pero a la vez, cada día me preocupo más por esa cita médica, los días están contados, y he sido irresponsable, creo que quizás haberlo olvidado en cuanto salí es comprensible considerando el tdah, pero no haber ido en tres meses ya es una exageración y solo una carga más sobre mi propia irresponsabilidad.

Reciéntemente, una amiga cercana me recomendó el glicinato de magnesio, un suplemento alimenticio que aparentemente ayuda a las personas neurodivergentes en distintos espectros, mi amiga dice que a ella le ayuda bastante con la disfunción ejecutiva. Estoy considerando darle una oportunidad, aunque cuando ella me lo dijo, fue la primera vez que escuchaba de él, y por lo tanto siento que no tengo muchas otras opiniones para saber que es lo que me conviene.

Una de las cosas que más me inclina a probarlo es la disfunción ejecutiva, una de las cosas que más peso han tenido en años recientes en mi vida y que me orillaron a comenzar un tratamiento psiquiátrico y neurologico en primer lugar.


Te recomiendo los siguientes enlaces para conocer un poco más sobre la disfunción ejecutiva:

https://www.redcenit.com/deficit-funcion-ejecutiva/

https://mejorconsalud.as.com/disfuncion-ejecutiva-afectar/


Todo empieza con la pandemia y mi último año de universidad, y darme cuenta que, si bien cumplía con todas mis actividades escolares en tiempo y forma, era muy dependiente de los demás compañeros, para que me recordaran constantemente que tenía que hacer, fue muy debilitante darse cuenta que era incapaz de recordar hacer estas cosas por mi mismo, ahora que estoy trabajando, me aterra aún más el hecho de olvidar mis responsabilidades y eso me genera bastante ansiedad, pronto descubrí que gracias a esta ansiedad me duele el cuerpo constantemente y que mi mandíbula se atora constantemente.

Hasta ahora no quiero preocuparme más por eso, tengo la esperanza de que ya me organizaré mejor y que podré superar estos detallitos, pero es demasiada la ansiedad cuando temes olvidar y hacer las cosas mal todo el tiempo, a veces por eso, creo que comprendo en cierto nivel porque sentía que era incontratable en todos los trabajos durante dos años.

Mis estrategias actualmente incluyen el constante uso de post its y recordatorios en el calendario y las notas de mi teléfono, con notificaciones y más, que me recuerden las cosas desde días antes, aunque aún no estoy muy seguro de cómo usarlas, puesto que muchas veces no recibo ninguna notificación de estas cosas.

Veremos cómo se desarrolla más adelante, te estaré comentando y nos veremos más tarde esta semana, tengo mucho que contarte todavía.

– MV

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